En el Espacio Ñ/Clarín
Liliana Heker y Martin Kohan en la 46 Feria Internacional del Libro 2022
Valió la pena la espera: presentaron la novela ganadora del Premio Clarín 2020
Hacía falta un festejo colectivo, un abrazo fundido entre amigos y seres queridos, y sobre todo, un encuentro cercano con los lectores. Finalmente, Sancho Arabehety, autor de Asomados a un pozo, ganadora del premio Clarín Novela 2020, logró presentar su libro tras dos años de celebraciones y reuniones interrumpidas por la pandemia.
Este abogado cordobés de 56 años, nacido en Alta Gracia, presentó al público por primera vez su primera novela en la Feria del Libro 2022. Además, estuvo “escoltado” nada menos que por la novelista Liliana Heker y el escritor y ensayista Martín Kohan, que formaron parte del jurado.
Quienes participaron junto a Sancho (su primer nombre es Ignacio pero prefiere que lo llamen de esta manera) transformaron la noche fría del jueves una cálida charla. Así quedó inaugurado el Espacio Ñ/Clarín que volvió a la presencialidad en la Feria 2022.
En 2002, su novela se quedó con el primer puesto entre más de mil obras presentadas (récord en el Premio Clarín Novela). Sin embargo, Arabehety debió festejar en soledad como consecuencia de las restricciones de la pandemia por COVID-19, mucho antes de que aparecieran las vacunas.
En su novela, el autor explora el territorio del mundo adolescente en el que narra, con destacada pluma y sutileza, aspectos de la transición entre la niñez y la adolescencia, en que el deseo comienza a emerger a través de los juegos infantiles aunque los participantes aún no tienen bien en claro qué les está ocurriendo.
Los recuerdos de la infancia
Y en esta presentación estelar, tan amena y distendida, quien abrió el juego fue Martín Kohan. El ganador del Premio Heralde de Novela por su libro Ciencias morales dejó sus impresiones cuando leyó el libro de Arabehety: “Cuando me tocó la seguidilla de novelas que teníamos que considerar y llegué a Asomados al pozo, mi impresión inmediata fue que estaba leyendo ya a la ganadora”, confesó Kohan.
Heker tampoco se quedó atrás y llenó de elogios la obra de Arabehety: “Es una novela que da muchas ganas de leerla. Atrapa desde el principio. Tiene una hermosa literatura, un lenguaje increíble, una trama de la cual uno no se puede sustraer. Es un libro que realmente vale la pena leer”.
“¿Qué le encontré de notable? Martín (Kohan) habló de esa recreación de la infancia pero hay algo muy singular en esos chicos. Hay algo incluso cruel que plantea a la infancia, no como esa edad dorada que suele darse, sino con todos los conflictos, con todas las contradicciones, con toda la perversidad que a veces pueden tener los chicos. Esa es la complejidad que nos plantea en un mundo realmente para evocar”, agregó la ganadora del Primer Premio Nacional de Literatura, en Cuento y Relato en 2014 y 2017.
“Nunca empezó como una novela, sino como un recuerdo, un día. Es un recuerdo perdido que de golpe vino a mi memoria y empecé a escribir sobre eso con cualquier intención menos que la de escribir una novela. Empezó como un relato, luego derivó en un cuento que después se hizo en una especie de crónica, de memoria o algo por el estilo. De a poco se fue haciendo más complejo, se fueron agregando cosas cada vez más y cada vez más”, contó el ganador del Premio Clarín Novela 2020.
Y amplió: “cuando ya me empezó a interesar la historia apareció la necesidad de tener un contrapunto porque faltaba un antagonista y ahí fue cómo fue apareciendo la otra historia. Después se me ocurrió cruzarlos de a poco y así se fue dando”.
Sobre su proceso de escritura, Arabehety confesó: “fue muy lento, no empecé a escribir una novela, tampoco tenía mucho apuro en terminarla porque no sabía dónde iba. Lo hice sin mucha presión, aprovechando de momentos del día y con inspiraciones momentáneas fui sumando cosas. Además, mi trabajo de reescritura fue muy fuerte, nunca estaba conforme con lo que salía. Lo reescribí varias veces. De repente, me pareció que ya había algo como para poder seguir”.
También se refirió sobre la casona en Córdoba, muy presente en su novela, casi como si fuera un protagonista más en su obra: “Esa casa quedó a mi cargo cuando falleció mi madre. Y cuando me hice cargo fue un momento fuerte, ya que había una montaña de cosas que están relatadas por ahí. Es esa sensación abrumadora de tener que hacerse cargo de un montón de cosas que a su vez evocaban un montón de recuerdos”.
¿Cuento o novela, donde te sentís más cómodo?, indagó un lector. “Escribí solamente esta novela. Me encantó la experiencia de escribirla y cuando la estás escribiendo es como que la novela te sigue todo el día, toda la noche, está metida hasta cuando te vas a dormir y pensás en ella, te levantás con la novela en la cabeza. En cambio, el cuento es una experiencia más corta: es como si fuera un touch and go y una relación a largo plazo”, respondió Sancho, entre risas generalizadas.
Y concluyó: “Escribir cuentos está buenísimo, me encanta, pero la novela es otra cosa, es la posibilidad que uno tiene de explayarse y de trabajar personajes. A mí me parece mucho más rico y me encanta. Si pudiera, sin dudas seguiría por ese lado”.
El abogado y ahora escritor contó que está al frente de dos proyectos: una serie de cuentos “ya terminados” y otra novela “muy diferente” a la de Asomados a un pozo.
“Ésta es una historia menos realista, ya que Asomados a un pozo es bastante autobiográfica, no tiene diálogos, está escrita de un tirón y los capítulos ni siquiera tienen puntos aparte. Por eso, estoy probando escribir otras cosas, con muchos diálogos, con personajes adultos y probando otro tipo de temática y lenguaje. Voy a tratar de que sea distinta”, adelantó, sin abundar en mayores detalles.
¿Qué sentiste cuando te entregaron el premio? “Sorpresa, porque no me esperaba ganar el premio bajo ningún concepto. No vengo del palo de la literatura ni estudié letras ni tengo una preparación formal, y menos en un concurso donde participaron más de mil novelas, donde hubo récord de participantes. No me imaginé que tuviera chances de ganar. Cuando escribís por primera vez pensás que no le tenés tanta confianza a lo que escribiste ni pensás que es gran cosa”.
“Por eso, todavía me sorprende escuchar a Liliana (Heker) y a Martín (Kohan) cuando explican qué les pareció la novela. Me resulta sorprendente. Haber sido seleccionado entre los finalistas fue totalmente inesperado, pensaba que ni por asomo iba a ganar. A Marisa (su mujer) le decía: ‘Vamos comer un copetín porque, la verdad, de acá a ganar era imposible’. Fue absolutamente sorpresivo y también genial. Estoy recontra feliz”.
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