Ir al contenido principal

Inventar para construir sentido

En su ensayo más reciente, Liliana Heker analiza gozos y vacilaciones del oficio literario
Inventar para construir sentido
"La trastienda de la escritura" sondea el esfuerzo complejo de la creación a partir de una fecunda experiencia personal. El papel de la lectura, la corrección y el trabajo de los textos aparecen como enseñanzas ineludibles.
Cuentista y novelista de larga experiencia, Liliana Heker expone en La trastienda de la escritura (Alfaguara) los dilemas, las tramas y los rituales que confluyen en la escritura de una obra de ficción. Lo hace apelando a múltiples fuentes, desde su reconocida tarea como tallerista hasta la inclusión de fragmentos de algunos de los diarios que la acompañaron en esas instancias, para ofrecer al lector un vistazo al universo de una de las más importantes escritoras argentinas.
Instalada en el estudio de la casa en la que vive hace más de 30 años, la autora de Zona de clivaje, El fin de la historia y La muerte de Dios dio detalles sobre el origen del libro en el que asegura que "nadie le puede enseñar a otro a ser escritor", hecha la aclaración de que "todo escritor, por caminos complejos y diversos, aprende su oficio".
Heker, ganadora del Premio Nacional 2018 por Cuentos reunidos, dialogó con Télam sobre su manera de encarar el oficio literario y la práctica de la lectura como situación de enamoramiento de un escritor con la literatura.
-¿Cómo se gestó este libro?
-Estoy muy acostumbrada a preguntarme cosas sobre ese proceso tan complejo e irracional que es el de la creación. Por otro lado, doy talleres de narrativa y he tenido que ponerme en el estado de creación de otros y, al mismo tiempo, ilustrar con ciertos problemas y recursos que utilicé mientras escribía. Ese trabajo de indagación en mi propia obra venía desde hacía mucho tiempo. Ese es el trasfondo pero el origen es muy concreto: en agosto de 2017 se me ocurrió que quería escribir un libro con este título, La trastienda de la escritura, y fue el primer movimiento concreto hacia el libro. No me interesaba un libro didáctico sino ahondar en algo que es parte de mi historia. Así empecé a trabajar.
-A lo largo de la lectura está lo artesanal, lo trabajoso del oficio pero también está muy presente el disfrute de la tarea.
-Es un trabajo bellísimo. Uno no está escribiendo en el paraíso, es una lucha y toda lucha tiene dificultades, momentos de vacilación, otros en los que uno dice "esto no tiene el menor sentido". Si bien había reflexionado sobre muchos temas del libro, tanto en entrevistas como con mis alumnos, el verdadero trabajo fue ponerlo por escrito. Cada uno de los capítulos tiene temas que se pueden conectar con otros capítulos, tal como se entra a un libro de cuentos. Así como en otros casos busco la estructura de una novela, en este libro tuve que encontrar esa organización.

EL PROCESO

-¿Con qué aspectos de su proceso creativo se encontró al terminar el libro?
-Siempre supe que la página en blanco no era un problema para un escritor, aunque tal vez lo sea para un periodista, que tiene la obligación de entregar una nota dentro de una hora. Entiendo ese terror pero es diferente al del escritor. No hay temas novedosos, son los que forman parte de mi historia y de mi escritura pero pude ahondar en temas que no estaban vinculados. Me gustó mucho ahondar en el cuento porque pensé muy a fondo las historias. Las viví intensamente pero ponerme del todo en la historia de cada cuento me hizo organizarlas. Algo que no había planeado y apareció son ciertas intervenciones de los diarios. Cuando estaba escribiendo el capítulo sobre El fin de la historia quise ir a verificar una cuestión de fechas y decidí integrar esos fragmentos del diario que llevaba mientras la escribía.
-Plantea en el libro que no hay una instancia en la que se encuentra la inspiración sino que cada uno debe encontrar su propia forma.
-Cada escritor tiene su propia visión del mundo, sus propios conflictos y eso es lo que tiene que escribir, a eso le tiene que encontrar una forma para que sean hechos literarios. Varias cosas me llenan de alegría de los talleres y una es la cantidad de escritores excelentes que siguen saliendo de allí; otra es que no hay dos que se parezcan entre sí o que se parezcan a mí. ¿Qué tiene que ver Pablo Ramos con Samanta Schweblin o Guillermo Martínez con Inés Garland? ¿Qué tienen que ver cada uno de ellos conmigo? Tal vez, si hay algo que les pude comunicar y cada uno asimiló a su manera es que trabajen sus textos, que esa primera versión estaba muy lejos de lo que querían hacer y que hay una búsqueda para que ese texto llegue hasta el límite de sus posibilidades.
-Sobre ese trabajo en los talleres cuenta que también hubo devoluciones de los alumnos sobre sus textos que la han movilizado.
-Sí, eso me pasó con "La fiesta ajena". Terminé el cuento después de una larga historia, lo leí en el taller y gustó mucho, pero Margarita Magarolo, que luego fue una maravillosa maestra de escritura de adolescentes, me dijo que al final le faltaba algo. Volvía a leer el cuento y me di cuenta que tenía razón. No basta con que un final sea muy fuerte, hay que encontrarle el ritmo, la pausa o la frase final que se clava como un puñal. Esa sugerencia me llevó a escribir otro final y demuestra que no sólo sugiero sino que acepto las sugerencias y las agradezco.
-Una capacidad que le viene de su formación.
-Me formé en una revista como fue El escarabajo de oro, antes El grillo de papel, después El ornitorrinco, donde estaba Abelardo Castillo que tenía una lucidez impresionante respecto de lo que se leía. Estábamos acostumbrados a leer nuestros cuentos y a criticarnos sin ninguna piedad pero con mucha convicción del oficio que habíamos elegido. Las críticas me formaron y, de alguna manera, lo que hago en el taller es reeditar esas reuniones, con lecturas con una devolución en general muy aguda, generosa y deslumbrante.
LA CORRECCION
-También sostiene que la corrección es una de las instancias centrales del proceso creativo. ¿Por qué?
-Distingo y me enojo mucho cuando alguien dice "le falta edición". No, querida, le hace falta trabajo tuyo, el trabajo del editor es otro. La corrección, eso de volver y volver sobre un texto hasta encontrar lo que uno quiere, es tarea del escritor. Ese es el verdadero proceso creador, ir buscando e ir encontrando lo que uno quiere hacer. El editor hace otro tipo de trabajo y para que tenga el valor que debe tener, el escritor tiene que haber sabido muy bien lo que quiso hacer. Para poder defender esas alteraciones ante un editor, uno tiene que saber por qué las hizo. 
-Usted defiende la capacidad de la literatura de desarmar la memoria muerta y reemplazarla por una real, inconclusa. ¿Cómo desarrolla ese proceso?
-Uno siempre escribe sobre alguna crisis. Cualquier texto tiene que ver con algo critico y conflictivo porque para dejar todo como está, no vale la pena escribir. Registrar episodios de la realidad sólo por registrarlos no tiene razón de ser. Los hechos suceden, es uno el que les proporciona un sentido. Por todo esto digo que la ficción construye sentido, pone un significado donde en sí no está. Les digo a mis alumnos que piensen que la ficción da la posibilidad de darle un sentido incluso a lo más terrible que nos pasa. Podés construir un objeto destinado a los otros, con algo que a vos te dañó.
-¿Qué papel tiene la lectura en todo este proceso?
-Es algo muy maravilloso eso de escribir y leer ficción. Yo me estoy instalando como inventora de ficciones pero justamente lo maravilloso que tiene la lectura, y estoy convencida de que un escritor se enamora primero de la literatura a través de la lectura, es que amplía tu mundo, permite entenderte, situarte de otra manera, acompañarte, ayudarte a ser solo. El que lee siempre está solo ante el libro y algo que te ayuda a ser solo también te ayuda a ser libre. Tengo una enorme pasión por la lectura, entonces no hablo sólo del acto de crear una ficción sino de leer, por eso soy una lectora compulsiva de ficciones y sigo leyendo novelas y poemas con la pasión con la que a los 11 años leía Los tres mosqueteros. No hay que perder la fascinación de la lectura, por eso soy tan exigente respecto de mi escritura y de la de quienes vienen al taller.
Nota de La Prensa - Inventar para construir sentido

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Masterclass Liliana Heker

Liliana no solo es un pedazo enorme de la historia de la literatura argenitna, también es un ser de una generosidad absoluta. Estuvimos dos días llevándola y trayéndola de acá para allá. Dio dos notas, una entrevista abierta junto a  Lila Gianelloni en la Plataforma Lavardén (entrevista que podrán escuchar el miércoles a las 22 en Radio UNR o luego en el podcast de Un mundo propio) y una charla (el término masterclass le parece raro) en el @ccpe.rosario para casi noventa personas. Firmó libros, se sacó fotos y nos contó un montón de anécdotas que involucraban a Borges, Sábato, Castillo y Marechal. El sábado se fue y a la noche me mandó un mensaje diciendo que habían llegado bien y que la habían pasado genial. Copié el mensaje, lo pegué en un word y lo guardé. "Narradorxs" ya cumplió conmigo, espero que siga cumpliendo con ustedes. El 8 de junio se repite con Alejandra Kamiya y Marcelo Tatin Britos PH: @ff_fotografiaprofesional Guillermo Turin Bootello @karenroesc

Discurso completo de Liliana Heker en la apertura de la Feria del Libro

La escritora pronunció un potente alegato social, político y cultural en la inauguración oficial de la 48° edición del encuentro literario de Buenos Aires. “Es necesario que demos testimonio de nuestra realidad y de nuestra historia”, afirmó en un tramo central de su alocución Liliana Heker en la inauguración en la Feria del Libro de Buenos Aires 2024 Quiero celebrar de manera muy especial esta Feria y, en particular, al objeto impar que la convoca: el libro. En cierto modo, siento algo similar a lo que, medio siglo atrás, experimenté en mi primera feria. Y no se preocupen por hacer cuentas: tengo muy claro que esta, tal como se la conoce nacional e internacionalmente, es la  Feria del Libro Número 48 . Pero les cuento a quienes no lo vivieron que hubo ensayos anteriores – lo investigué hace poco para apuntalar mi recuerdo—, ferias más o menos callejeras organizadas por la  Sociedad Argentina de Escritores . Esa de hace medio siglo fue para mi historia personal una Feria del Libro con

Liliana Heker en “Consejos para escribir”

Mi Cazacuentos Favorito presenta “Consejos para escribir”, serie en la que  invitamos a escritoras y escritores a ofrecer algunas sugerencias y herramientas que puedan ayudar a quienes se inician en la escritura.